Havía una vez un niño loco, que jugaba con
un ladrillo amarado a una cuerda.
entonces cuando jugaba con el ladrillo decía:
pulgas vamos .vamos pulgas.
Mas adelante pasa un señor y dice:-
Bonito el perro,como se llama.
Entoces el niño le responde:
Señor es que usted acaso no ve que es un ladrillo amarado con una cuerda.
El señor se va callado y sorprendido por la respueta.
Cuando el señor se va el niño dice:
Jajaja..se las creyó pulgas vamos.