Un funcionario público estaba manoseando el archivo muerto de su repartición en el ayuntamiento,
cuando encontró una lámpara encantada, de las que tiene un genio atrapado hace dos mil años dentro.
Le dio una pequeña frotada y salió el genio, vistiendo una de esas ropas ridículas.
Como en toda historia con lámpara encantada, el genio concedió tres deseos a nuestro amigo – ¡Quiero ser hermoso y sabrosón!
Bling! El pobre pobre, que era feo que el Fari, se hizo más hermoso que el Mel Gibson.
Ahora quiero estar en una playa elegante, rodeada de mujeres exuberantes.
Otro Bling! y el camarada, que sólo conocía las playas de Benidorm, apareció de repente en Malibu, al lado de la Pamella Anderson, en pelotas.
Y, finalmente, no quiero tener que trabajar nunca más en mi vida!
Otro Bling! y el funcionario fue enviado de vuelta a su mesa habitual en el ayuntamiento.