Eran 2 amigos que se encuentran por casualidad y salta uno:
– Anda Manuel, ¿y tú con ese pendiente? No te queda muy bien jaja, y además tu nunca habías tenido. ¿Desde cuando lo llevas?
– Calla no me digas, ya no se donde meterme.
– Pero hombre, ¿entonces para qué lo llevas, desde cuándo vas así?
– Resulta que la semana pasada mi mujer encontró un pendiente en el asiento de atrás del coche… y no se me ocurrió otra cosa que decirle que era mío.