Un viejo se está muriendo. Alrededor del lecho poco a poco empieza a surgir una discusión.
¡ Vamos a alquilar un carro fúnebre para llevarlo con decencia!
Dice la esposa.
¡ No creo que se deba gastar tanto dinero! Yo puedo llevarlo en la camioneta del vecino, si me la presta, dice el hijo del viejo moribundo.
¿ Y por qué no lo llevamos al hombro? Pregunta el vecino, él casi no pesa nada.
Por fin el moribundo reúne el resto de las fuerzas que le quedan, y dice:
Si ustedes me ayudan a bajar, tal vez yo pueda llegar al cementerio por mi cuenta