Tres obreros de la construcción trabajando en un andamio a quince pisos de altura. Uno de ellos dice:
– Muchachos, ya vengo..- voy al porque me estoy encima (y entra al edificio por una abertura)
El andamio, entretanto, se cae. Los otros dos mueren en el accidente.
Todos los compañeros y sus mujeres van al velatorio.
Una de las viudas comenta con el que se salvó de milagro y su esposa:
– Una desgracia espantosa. Menos mal que la empresa pagó el sepelio.
(Gesto de comprensión)
– Además, la empresa aplicó el convenio de la casa matriz, de afuera, y sigue pagándome el sueldo, duplicado, como pensión vitalicia…
(Gesto y mirada de la mujer al que se salvó)
– Y se hacen cargo de la deuda hipotecaria de nuestra casa …
(Mirada de la mujer al que se salvó)
– Y de los gastos de educación de los chicos hasta la universitaria…
La mujer no aguanta más:
– ¡Y el señorito (lo señala) meando!