Un hombre entra en un banco y le dice a la cajera:
– Quiero abrir una cuenta.
– Por favor, señor, está prohibido hablar de esa manera aquí.
– ¿Por qué prohíben eso?
– Señor, le suplico deje de decir vulgaridades.
– Me importa un pito lo que piense usted, yo sólo quiero abrir una miserable cuenta en este banco.
Entonces la cajera se va y regresa con el presidente del banco.
El presidente le pregunta al hombre:
– Disculpe, caballero ¿le puedo ayudar en algo?
– ¡ Carajo! Claro que sí. Acabo de ganar 35 millones de dólares en la lotería y quiero abrir una cuenta en este banco de
– Ya veo – dice el presidente -,