Llegó la hora de la evaluación anual del rendimiento en la oficina.
El jefe llama a cada empleado uno por uno.
Cuando llegó el turno de Bob, se sentó nervioso delante de su jefe.
El jefe se aclaró la garganta y dijo: “Bob, he estado revisando tu trabajo y tengo que decir que eres como un buen vino”.
Los ojos de Bob se iluminaron de emoción, pero el jefe continuó:
“Por desgracia, no estás mejorando con la edad”.
Los hombros de Bob se desplomaron al darse cuenta de que iba a ser una larga revisión.
Traducción realizada con la versión gratuita del traductor DeepL.com