Ahora te apuesto dos mil dólares

El IRS decide auditar al abuelo y lo cita a la oficina del IRS.

El auditor no se sorprendió cuando el abuelo apareció con su abogado.

El auditor dijo: “Bueno, señor, usted tiene un estilo de vida extravagante y no tiene un empleo de tiempo completo, lo cual se explica diciendo que gana dinero apostando.

No estoy seguro de que el IRS lo encuentre creíble”.

“Soy un gran jugador y puedo demostrarlo”, dice el abuelo. “¿Qué tal una demostración?”

El auditor piensa por un momento y dice: “Está bien. Adelante.”

El abuelo dice: “Te apuesto mil dólares a que puedo morderse el ojo”.

El auditor piensa un momento y dice: “Es una apuesta”.

El abuelo se quita el ojo de cristal y lo muerde. El auditor se queda boquiabierto.

El abuelo dice: “Ahora te apuesto dos mil dólares a que puedo morderme el otro ojo”.

Ahora el auditor puede ver que el abuelo no es ciego y acepta la apuesta. El abuelo se quita la dentadura postiza y se muerde el ojo bueno.

El asombrado auditor ahora se da cuenta de que ha apostado y perdido tres mil dólares, con el abogado del abuelo como testigo. Empieza a ponerse nervioso.

“¿Quieres hacer el doble o nada?” Pregunta el abuelo. “Te apuesto seis mil dólares a que puedo pararme en un lado de tu escritorio y orinar en esa papelera del otro lado, y nunca recibir una gota en el medio”.

El auditor, quemado dos veces, se muestra cauteloso ahora, pero mira con atención y decide que no hay manera de que este viejo pueda lograr ese truco, por lo que acepta nuevamente.

El abuelo se para al lado del escritorio y se baja la cremallera de los pantalones, pero aunque se esfuerza mucho, no puede hacer que el chorro llegue a la papelera del otro lado, por lo que termina orinando sobre el escritorio del auditor.

El auditor salta de alegría al darse cuenta de que acaba de convertir una gran pérdida en una gran victoria. Pero el propio abogado del abuelo gime y se lleva las manos a la cabeza.

“¿Estás bien?” pregunta el auditor.

“En realidad no”, dice el abogado. “Esta mañana, cuando el abuelo me dijo que lo habían citado para una auditoría, me apostó veinticinco mil dólares a que podía venir aquí y orinar en tu escritorio y que estarías feliz por eso”.

Mariana

Mariana es una experta en manejo del estrés y humor, escritora de comedia, comediante e instructora / entrenadora de comedia. Ella tiene un M.P.H. grado que es sinónimo de maestría en salud pública o maestra del humor público Consulta con organizaciones sobre cómo usar el humor para manejar el estrés, el cambio y el conflicto, y estimular la creatividad, el trabajo en equipo y la moral

By Mariana

Mariana es una experta en manejo del estrés y humor, escritora de comedia, comediante e instructora / entrenadora de comedia. Ella tiene un M.P.H. grado que es sinónimo de maestría en salud pública o maestra del humor público Consulta con organizaciones sobre cómo usar el humor para manejar el estrés, el cambio y el conflicto, y estimular la creatividad, el trabajo en equipo y la moral