Un camionero bajaba por una pendiente pronunciada cuando,
al pie de la colina, pudo distinguir a una pareja haciendo el amor en medio de la carretera.
Cinco veces en su descenso tocó la bocina, pero no se movieron.
Finalmente detuvo el camión a centímetros de ellos.
El camionero se bajó y gritó:
“¿Qué diablos les pasa a ustedes dos?
¿No me has oído? ¡Te podrían haber matado!
El hombre respondió con indiferencia: “Escucha, yo venía, ella venía y tú venías. Eras el único que tenía frenos”.