Dicen que un ratero estaba caminado por un centro comercial, buscando una victima;
pero no había ninguna y era tarde. Hasta que ve en la puerta de una tienda a una viejita, y dice:
¡ Ésta es mi oportunidad!
Se acerca poco a poco y le quita la cartera a la viejita y se pone a correr a toda velocidad por la calle central, y la viejita grita:
¡ Agárrenlo que es ratero!
Y sigue corriendo, otras personas ven el hurto y gritan también:
¡ Agárrenlo que es ratero!
Ya cruzaba una cuadra y salían unos estudiantes de un instituto, y ven a la viejita con las otras personas persiguiendo al ratero,
y se acoplan al grupo y todos gritan:
¡ Agárrenlo que es ratero!
La gente que perseguía al hombre eran cerca de 300 personas,
y sólo los separaba 10 metros, y cuando lo estaban por atrapar, el ratero sube por las ventanas de un edificio
y la gente indignada desde abajo gritaba:
¡ Agárrenlo que es ratero!
El hombre seguía subiendo, ya había alcanzado unos 20 metros de altura llega a una ventana de la cual se agarra,
pero ésta se rompe con el peso del hombre, el que se va de espalda y cae al precipicio.
Entonces, el hombre en un momento de desesperación grita:
¡ Agarrenme que soy ratero!