Dos rubias estaban de compras en el centro comercial.
Cuando terminaron, salieron hacia su auto,
un increíble convertible con interior de cuero, pero se dieron cuenta de que habían dejado las llaves dentro del auto.
Así que ambos se quedaron allí parados y pensaron durante un rato.
Entonces una de las chicas tuvo la brillante idea de intentar abrir el coche con una percha, así que empezó a jugar con la cerradura.
La otra rubia miró al cielo, se preocupó mucho y suplicó:
¡Rápido, rápido! ¡Va a llover y dejamos la capota bajada!