El dentista saca una aguja de novocaína para inyectarle al hombre y así poder extraerle el diente.
¡Ni hablar! ¡Sin agujas! ¡Odio las agujas!, dijo el paciente.
El dentista comienza a conectar el óxido nitroso y el hombre se opone a que no pueda hacer lo del gas.
¡La idea de tener puesta la máscara de gas me resulta asfixiante!
A continuación, el dentista le pregunta al paciente si tiene alguna objeción a tomar una pastilla.
«No tengo objeción», dice el paciente. «Tomo pastillas».
Luego el dentista regresa y dice: “Toma una pastilla”.
El paciente dice: “¡Guau! ¡No sabía que las pastillas funcionaran como analgésicos!”.
-No, dijo el dentista, pero te dará algo a lo que agarrarte cuando te saque la muela.