Una rubia va caminando por la calle y un coche se detiene a su lado.
El hombre en el coche le dice: “¿Qué tienes en la bolsa?”
La rubia responde: “¡Tengo gallinas!”
El hombre piensa por un momento y dice: “Si puedo adivinar cuántos pollos tienes en la bolsa, ¿puedo tener uno?”
La rubia piensa que suena justo y responde:
—¡Vale, pero haré la apuesta aún mejor! ¡Si adivinas exactamente cuántos pollos tengo en la bolsa, te doy los dos!