Estaba Fidel con su chófer paseando en su auto a toda velocidad, cruzando el campo, cuando derepente ¡zas!, atropellan a un chanchito
.¿Qué hacemos? – preguntó el chófer -.
Busca al dueño del cerdo, explícale el accidente y dale un dinero a cambio – respondió el presidente -.
Así pasó una, dos, tres… al cabo de 6 horas, se apareció el chófer, totalmente despeinado, con la camisa fuera…
¿Qué pasó? – preguntó Fidel -.
Me demoré porque el dueño del cerdo me invitó a comer, después la mujer me regaló
estos puros y un rico vino, y además hice apasionadamente el amor con su hermosa hija de 17 años.
Increíble, ¿cómo lo hiciste?.
Fue fácil – responde el chófer -, lo único que dije fue:
Hola, soy el chófer de Fidel Castro y acabo de atropellar al cerdo.