Están dos vecinas en la esquina del barrio, charlando. Pasa un vecino.
-¿ Viste que gordo está? ?dice una.
– No tan gordo. Pesa setenta y seis kilos.
– Pero está más gordo que don Manuel.
– No, don Manuel pesa setenta y ocho. Si querés uno más liviano está Eduardo, que pesa setenta y uno.
– Che, qué bien calculás los pesos.
– El que me digas, lo calculo enseguida.
-¿ Ah, sí? A ver, decime cuanto pesa un piano.
-¡ Qué sé yo, si nunca tuve un piano encima!