Había un granjero que tenía mucho ganado.
Tenía vacas, caballos, pollos, cerdos y toros.
Un día llegó un terrible tornado y el hombre y su familia sólo se salvaron tirándose a la zanja más cercana.
Cuando todo terminó, miró hacia arriba y vio que la casa había desaparecido.
Entristecido por la pérdida, salió a ver si alguno de los animales había sobrevivido.
Los caballos, pollos, cerdos y vacas estaban tumbados, ¡pero los toros estaban de pie!
El granjero se sorprendió y les preguntó:
“¿Cómo es que todos los demás animales están caídos y tú sigues de pie?”
Los toros respondieron:
“¡Los toros nos tambaleamos pero no nos caemos!”