Un oficial de policía detuvo a un hombre por exceso de velocidad. Cuando el oficial se acercó al coche,
notó que la esposa del hombre estaba tratando frenéticamente de terminar su maquillaje.
Oficial: “Señor, ¿sabe a qué velocidad iba?” Hombre:
“Oficial, tengo una buena excusa. ¡El maquillaje de mi esposa estaba a punto de deslizarse de su cara!” Esposa (indignada):
“¡Vamos! ¡Conducías como un maniático!” Hombre:
“Ves, oficial, solo estaba tratando de mantener la armonía conyugal.”
El oficial no pudo evitar reír y los dejó ir con una advertencia,
recordándoles que condujeran con seguridad y mantuvieran las prioridades del maquillaje.