Un hombre estaba jugando golf cuando golpeó su pelota en el bosque. Mientras iba a recuperarlo, se topó con una rana que hablaba.
La rana lo miró y dijo: “¡Oye, en realidad soy una hermosa princesa, y si me besas, volveré a ser una princesa y te concederé tres deseos!”.
El hombre cogió la rana y se la guardó en el bolsillo. La rana, ahora molesta, preguntó desde el interior del bolsillo: “¿No vas a besarme y pedirme un deseo?”.
El hombre respondió: “No, soy un tipo ocupado, pero ¿una rana que habla? Eso es bastante raro. ¡Te llevaré a la oficina y se lo mostraré a mis compañeros de trabajo!”