Llega un niño mendigando a una colonia de las más adineradas de su ciudad, y toca la puerta de una muy lujosa casa, sale la sirvienta y le dice:
¿Qué se te ofrece niño?
¿Tiene un pedazo de pastel y un vaso de leche que me regale?
No, no hay.
Y así va el niño, casa por casa, y en todas tocaba, hacía la misma pregunta y en todas le
contestaban lo mismo, llega a la última casa, que era igual de lujosa que las anteriores, pero esta vez en lugar de la sirvienta sale la dueña de la casa:
¿Qué se te ofrece niño?
¿Tiene un pedazo de pastel y un vaso de leche que me regale?
A lo que la señora extrañada ante semejante petición le dice:
¿Por qué pides leche y pastel, si todos los que vienen a mendingar, se conforman con un taco, unas monedas o simplemente un bolillo duro?
Sí señora, lo que pasa es que hoy, ¡Es mi cumpleaños!