Un hombre entra en la ducha justo cuando su mujer está acabando. De repente suena el timbre de la puerta.
Su mujer rápidamente se tapa sólo con una toalla y baja las escaleras.
Cuando abre la puerta se encuentra a Pedro, el vecino de al lado.
Antes de que ella diga nada, Pedro le dice Tras pensarlo un momento, la mujer suelta la toalla y permanece desnuda delante del vecino.
Segundos más tarde, Pedro le da el dinero y se marcha.
La mujer se cubre de nuevo con la toalla y vuelve escaleras arriba, contenta a más no poder.
Cuando llega a la ducha, su marido pregunta: – ¿Quién era?
Era Pedro, el vecino, responde ella.
– ¡Genial! dice el marido, ¿Dijo algo acerca de los 800 euros que me debe?