Un hombre entra en una hamburguesería y pide una comida normal.
Más tarde la camarera le trae la comida.
Le da un mordisco y se da cuenta de que hay un pequeño pelo en la hamburguesa.
Empieza a gritarle frenéticamente a la camarera: “¡Camarera, hay un pelo en mi hamburguesa! ¡Exijo ver qué está pasando!”.
Entonces, la camarera lo lleva de regreso a donde está el cocinero y, para su desgracia, ve al cocinero tomar la hamburguesa de carne y aplanarla debajo de su axila.
Él dice: “¡Eso es repugnante!”
Entonces la camarera dice: “¿Crees que eso es repugnante? Deberías verlo hacer donas”