Estuve en Venice Beach en enero y había un hombre sin hogar con un cartel que decía “1 dólar por chiste sucio”.
Me pareció una buena inversión así que con mucho gusto entregué un dólar.
Hombre sin hogar: “Está bien, señor, ¿cómo se llama?”. Yo: “John”.
Hombre sin hogar: “Entonces, Johny, ¿hay un gallo negro, verdad?
¿Cuántas patas tiene ese pollo? Yo: “¿Dos?”
Hombre sin hogar: “Bien, ¿cuántas alas tiene este gallo negro?” Yo: “¿Dos?”
Hombre sin hogar: “Bien, ¿cuántos ojos tiene este gallo negro?” Yo: “¿Dos?”
Hombre sin hogar: “Bien, otra vez, ahora hay un gato blanco caminando por ahí, ¿cuántos pelos tiene ese gato blanco?”
Yo: “¿No sé? ¿Mucho?”
Hombre sin hogar: “Bueno, Johny, ¿por qué sabes tanto sobre el gallo negro y no lo suficiente sobre el gato blanco?”