Había un leñador cuyo sustento consistía en talar árboles y vender leña.
Un día, mientras estaba pensativo y paseando por la orilla del río, su hacha se le resbaló de las manos y cayó al río.
Su única fuente de ingresos había desaparecido, se sentó en la orilla del río y comenzó a llorar.
El ángel del río, al ver su difícil situación y las razones detrás de ella, inmediatamente entró al río y sacó un hacha de oro.
Cuando le dijeron que no era suyo, el ángel entró y cogió un hacha de plata.
Cuando el leñador se negó a decir que no era su hacha, recuperó el hacha original y también le entregó las Hachas de Oro y Plata apreciando su honestidad.
Pasaron los años y el leñador ahora rico caminaba por la orilla del río con su esposa, quien al perder el equilibrio cayó profundamente al río.
El leñador comenzó a sollozar cuando el mismo ángel llegó y le ofreció ayuda.
Ella desapareció y salió con Raquel Welch y el leñador.
Esta vez al ser cuestionado por el Ángel sobre por qué el leñador accedió tan rápidamente a tomar a Raquel como su esposa, el leñador aclaró.
Si yo hubiera dicho No, tú hubieras entrado y salido con Gina Lollobrigida y si yo me hubiera negado otra vez, tú hubieras entrado y salido con mi esposa y me hubieras dicho que me los llevara a todos.
Sólo puedo tener una esposa.