Resulta que el dueño de un maxikiosko toma un empleado nuevo sin experiencia, entonces le dice
– Mirá, el primer cliente lo atiendo yo… vos aprendé.
– Buenos días- dice la clienta- ¿tendría por casualidad lustramuebles?
– Sí señora, sí tengo… pero, ¿por qué no lleva también limpiavidrios?
– ¿Limpiavidrios? Pero, ¿para qué?- pregunta la señora.
– Y … si lustra los muebles pero le quedan los vidrios sucios, es como si no hubiera lustrado nada, ¿no le parece?
– Tiene razón… – le contestó, véndame un limpiavidrios también.
– ¿Aprendiste? -le pregunta el dueño al empleado- asi que al próximo lo atendés vos.
– Por supuesto.
Entra una chica y pregunta:
– Disculpame flaco ¿tampones… vendés?
– Sí, pero ¿por qué no te llevás lustramuebles y limpiavidrios también? -le contesta.
– ¿Pero, qué tiene que ver el limpiavidrios y lustramuebles con el tampón? -le pregunta sorprendida.
Y el empleado le contesta:
– Y, si vas a estar por lo menos lustrá los muebles y limpiá los vidrios!