Un taxista recoge a una monja

Un taxista recoge a una monja. Se sube al taxi y nota que el taxista MUY guapo no deja de mirarla. Ella le pregunta por qué está mirando.

Él responde: “Tengo una pregunta que hacerte, pero no quiero ofenderte”.

Ella responde: “Hijo mío, no puedes ofenderme. Cuando tienes mi edad y has sido monja tanto tiempo como yo, tienes la oportunidad de ver y oír casi todo.

Estoy seguro de que no hay nada que puedas decir o preguntar que me resulte ofensivo”.

“Bueno, siempre he tenido la fantasía de que una monja me bese”.

Ella responde: “Bueno, veamos qué podemos hacer al respecto”.

tienes que ser soltero y

debes ser católico”.

El taxista está muy emocionado y dice: “¡Sí, soy soltero y católico!”

“Está bien”, dice la monja. “Deténgase en el siguiente callejón”.

La monja cumple su fantasía con un beso que haría sonrojar a una puta. Pero cuando regresan a la carretera, el taxista se pone a llorar.

“Mi querida niña”, dijo la monja, ¿por qué lloras?

“Perdóname pero he pecado. Mentí y debo confesar que estoy casado y soy judío”.

La monja dice: “Está bien. ¡Mi nombre es Steve y voy a una fiesta de Halloween!

Mariana

Mariana es una experta en manejo del estrés y humor, escritora de comedia, comediante e instructora / entrenadora de comedia. Ella tiene un M.P.H. grado que es sinónimo de maestría en salud pública o maestra del humor público Consulta con organizaciones sobre cómo usar el humor para manejar el estrés, el cambio y el conflicto, y estimular la creatividad, el trabajo en equipo y la moral

By Mariana

Mariana es una experta en manejo del estrés y humor, escritora de comedia, comediante e instructora / entrenadora de comedia. Ella tiene un M.P.H. grado que es sinónimo de maestría en salud pública o maestra del humor público Consulta con organizaciones sobre cómo usar el humor para manejar el estrés, el cambio y el conflicto, y estimular la creatividad, el trabajo en equipo y la moral