Un tío pasaba todos los días por delante de un manicomio y un loco desde la tapia le apuntaba con el dedo y decía:
Bang!
Y así todos los días, al final el tío se harta y hace lo mismo y el loco se tira al suelo y dice:
¡ Bestia, me has matado!
¡ Pero si tú me disparabas todos los días!
¡ Si, pero con balas de fogueo!