Un viejo catalán que tiene una fábrica de butifarras ultramoderna, decide que ya es hora de jubilarse
y llama a su hijo para instruirle en el funcionamiento de la fábrica.
– Mira noy, este es un sistema muy moderno y muy fácil,
lo único que tienes que hacer es meter el burro por aquí y la butifarra sale por ahí.
¿Comprendes?
El hijo, que no es una lumbrera, responde:
– Claro, padre.
Se mete la butifarra por aquí y sale el burro por ahí.
– No hijo, no. Se mete el burro por aquí, sale la butifarra por ahí.
Y el hijo erre que erre:
– La butifarra por aquí, el burro por ahí.
Por fín el padre pierde la paciencia:
– No, coño, no. Que yo sepa,
¡la única vez que se metió la butifarra y salió el burro fue con tu madre!