Un viejo malhumorado entra a un banco y le dice al cajero:
“Quiero abrir una maldita cuenta corriente”.
La mujer asombrada responde:
“Le pido perdón, pero ese tipo de lenguaje no se tolera en este banco”.
La mujer sale de la ventana y se acerca al director del banco para informarle de su situación.
El gerente coincide en que una mujer no tiene por qué escuchar ese lenguaje soez.
Ambos regresan a la ventana y el gerente le pregunta al viejo:
“Señor, ¿cuál parece ser el problema aquí?”
No hay ningún maldito problema”, dice el hombre.
“Acabo de ganar 200 millones de dólares en la maldita lotería y quiero poner mi maldito dinero en este maldito banco”.
“Oh… ya veo”, dice el gerente,
“¿Y esta perra le está haciendo pasar un mal rato, señor…?”