Había un viejo profesor que comenzaba cada clase con un chiste vulgar.
Después de un ejemplo particularmente desagradable, las mujeres de la clase decidieron marcharse la próxima vez que él empezó.
El profesor se enteró de este complot, así que a la mañana siguiente entró y dijo: “Buenos días a todos los alumnos.
Has oído aquello de la escasez de pros****en la India?
Con esto, todas las mujeres se pusieron de pie y se dirigieron a la puerta.
“Esperen, señoras”, gritó el profesor,
“¡El barco no sale hasta mañana!”