Una rubia está hablando con un psiquiatra.
Rubia: “Estoy mucho tiempo de viaje y mis clientes se quejan de que nunca pueden comunicarse conmigo”.
Psiquiatra: “¿No tienes un teléfono en tu coche?”
Rubia: «Me salió un poco caro, así que hice lo segundo mejor. Puse un buzón en mi coche».
Psiquiatra, “Eh… ¿Cómo va eso?”
Rubia: “En realidad, todavía no he recibido ninguna carta”.
Psiquiatra: “¿Y por qué cree usted que es así?”
Rubia: “Pensé que era porque cuando conduzco, mi código postal cambia constantemente”.