Va un retrasado a una tienda de mascotas:
– Ueas aldes – saluda al entrar.
– Muy buenas – le contesta el encargado de la tienda.
– hiero omcprar un oro.
– ¿Un qué?
– ¡un oro! – replica el gangoso
El dependiente se dá cuenta que el hombre quiere decir “loro” y le contesta:
– ¡Ah, sí! Usted desea comprar un loro, pues tenemos éste en venta.
– ¿uánto ueska?
– 500 euros.
– Polke an karo el oro?
A lo que contestó el loro
– ¡Porque hablo mejor que tú, imbécil!