Viene un señor caminando por la calle con los pies chuecos, todos doblados, caminando con mucha dificultad y se encuentra con un amigo:
Carlitos, ¿Cómo estás? ¡Tanto tiempo!
¡No me digas!, ando muy mal, mi mujer me dejó, se fue con mi mejor amigo, se llevó los niños y me dejó en la calle.
Se llevó todo el dinero de mi negocio, realmente me dejó en la ruina.
La verdad que no lo puedo creer Carlitos, y veo que tuviste problemas físicos.
No, ¿Por qué?
¿Pero Carlitos, por que caminas así?
Ah, los pies, es que yo calzo zapatos tamaño 42.
¿Y?, Carlitos.
Los zapatos son tamaño 37.
¿Y por qué?
Porque la única satisfacción que me queda, es llegar a casa y sacarme los zapatos.