Era un santo realmente preocupado porque no tenía seguidores, es decir, nadie le rezaba.
Se fue a hablar con Dios y este le aconsejó que hiciera tarjetas y las repartiera para darse publicidad,
aunque extrañamente también le dijo también que no se las diera a mujeres de vida fácil ni a . Tras esa historia te pregunto:
¿Cómo se llama el Santo? Aahh, ya veo… ¿no lo sabes? Eso es que no te dieron tarjeta, ¿no?