Gary tiene 35 años y todavía está soltero.
Esto consterna a su madre, quien continuamente le pregunta sobre sus novias y cuándo va a sentar cabeza.
Un día está hablando de ello con un amigo que le pregunta:
“Está bien, pero ¿por qué no estás casado?”
“Tienes un gran trabajo y no eres tan feo jajaja”
“No es que no puedas conseguir una chica; te he visto salir con algunas chicas geniales”
¿No puedes encontrar una mujer con la que quieras sentar cabeza?”
Gary respondió: “Bueno, en realidad, encontré muchas mujeres con las que me hubiera encantado casarme”.
“El problema es que cada vez que los llevo a casa para conocer a mis padres, a mi madre no le agradan”
Su amigo piensa por un momento y dice:
“Tengo una idea que podrías probar”
“El otro día estaba leyendo un artículo en una de las revistas de mi esposa”
“Se trataba de personalidades compatibles”
“Por lo que dice creo que deberías intentar encontrar una chica que sea como tu madre”
Unos meses más tarde se reencuentran y su amigo dice:
“¿Intentaste lo que dije?”
“¿Encontraste a la chica perfecta?”
“¿Le agradaba a tu madre?”
Con el ceño fruncido, Gary responde:
“Sí, encontré a la chica perfecta”
“Ella era igual que mi madre”
“Tenías razón, a mi madre le gustaba mucho”
El amigo dijo: “¿Entonces cuál es el problema?”
Gary respondió: “Mi padre no la soporta…”