Iba por la carretera un señor y su sobrino, de pronto pasa un burrito y al esquivarlo se estrella contra un árbol.
El señor y su sobrino son llevados en ambulancia a la clínica más cercana.
Luego de tres días se despierta el señor, y lo primero que dice es:
Dígame la verdad doctor, ¿cómo está mi sobrino?
Lamentamos informarle que nunca más podrá tocarle las orejitas a su sobrino.
¡Oh no! ¿Perdió las dos orejas, doctor?
No, usted perdió los dos brazos.