Jaimito amaneció con una cruda en un parque.
Poco a poco se le fueron viniendo las imágenes de lo que sería un fin de semana de locura.
Jaimito se fue a su casa, se puso ropa, y ante la cruda moral, no le quedó otra de más que ir a la iglesia con la intención de confesarse,
porque se sentía muy arrepentido de lo sucedido.
-Cura: Bienvenido a la casa del Señor. Por favor y junio, dime tus pecados.
-Jaimito: Padre, he venido porque la verdad tuve un fin de semana de locura y pues, me confieso que, me robe una gallina.
-Cura: ¡Demonios, Jaimito! Recuerdo todas las locuras que has hecho en tu vida, y robar no es algo característico en ti.
Por favor, reza 6 padrenuestros y 10 aves marías y que devuelvas el ave a su dueño.