Un lechero agonizante en el hospital está rodeado de sus dos hijos, su hija, su mujer y una enfermera.
Él dice:
– A ti, Peter, te dejo las casas de Beverly.
– A ti, mi querida hija, te dejo los apartamentos de Los Ángeles Plaza.
– A ti, Charlie, siendo mi hijo menor y con un gran futuro, te dejo las oficinas del Centro de la Ciudad.
– Y usted, mi querida esposa, las tres torres de edificios residenciales en el centro de la ciudad.
La enfermera, impresionada, le dice a su esposa: “Señora, su marido es muy rico. ¡Está legando muchas propiedades! ¡¡¡Sois todos muy afortunados!!!”
Y la esposa responde: “¿Rico??? ¿¿¿Afortunado??? ¿¡¡¡Estás bromeando!!!?? ¡¡¡Es un lechero!!! Esas son sus rutas donde reparte leche!!!!”